Muchas empresas y negocios cuentan con fuentes de agua de filtración y ósmosis para proveer de agua a trabajadores y visitantes. Estas fuentes son más prácticas que las botellas individuales o las fuentes de bidones, pero necesitan un mantenimiento periódico.
Cómo conservar el buen estado de tu dispensador de agua
Las fuentes de agua sin bidones proporcionan bebida ilimitada a través de la filtración de las aguas locales provenientes del grifo. Los filtros de carbón activado y de sedimentos y la membrana semipermeable que se usan para este fin tienen una vida útil determinada y cuando esta se cumple se deben cambiar por otros nuevos para que el agua siga conservando su calidad química.
Las fuentes, al eliminar el cloro del agua, que sirve para mantener a raya los microorganismos, deben ser tratadas y mantenidas con mucho cuidado de la higiene.El mantenimiento de fuentes de agua es una actividad que debe llevar a cabo un técnico especializado, ya que de su correcta ejecución depende la salubridad del agua de la fuente.
El mantenimiento se debe hacer con las manos y las herramientas limpias. Es ideal usar filtros sellados, que vienen con una cubierta de plástico duro exterior que se cambian enteros sin tocar el filtro en sí. De esta manera no hay riesgo de introducir microorganismos. En aquaprof solo instalamos fuentes con filtros sellados.
Proceso de mantenimiento de un dispensador de agua
Este proceso sigue unos pasos que varían ligeramente según se trate de una fuente de ósmosis o una fuente de filtración y también según el modelo de fuente.
- Verificar que la fuente produzca agua en cantidad y calidad adecuada. Con un conductivímetro se mide la calidad del agua. El volumen se mide fácilmente analizando el caudal.
- Se revisa el estado general de la fuente.
- Se reemplazan los filtros viejos por nuevos. Los filtros deben ser cambiados cada 6-12 meses. En Aquaprof cambiamos los filtros y esterilizamos nuestras fuente cada 6 meses. Los filtros nuevos se limpian con agua para eliminar restos de carbón que podrían ir a la membrana o al agua de bebida. En Aquaprof sólo usamos filtros sellados, que garantizan la esterilidad de los filtros.
- Si fuera necesario se cambia la membrana. Si se cambian de manera regular los filtros, la membrana puede durar hasta 3 años.
- Sanitización del equipo: se lleva a cabo un proceso para eliminar microorganismos que pudiera haber en la fuente. Se utiliza una sustancia germicida como hipoclorito de sodio (lejía) o agua oxigenada. Se pone en contacto con las superficies de la fuente especialmente en los depósitos haciendo correr el agua. El agua con el desinfectante se saca a través del grifo hasta asegurarnos de que está saliendo con el desinfectante, de esta manera sabemos que el circuito entero está siendo desinfectado. Se deja actuar media hora. Se vacía totalmente el agua de la fuente y se saca agua hasta enjuagar la fuente por completo y comprobemos que no salga desinfectante por los grifos.
Tipos de filtros para purificadores de agua
Tanto las fuentes de filtración como las de ósmosis cuentan con filtros que tratan el agua. En sitios donde el agua no es muy rica en minerales, como el centro y norte de España, es normal utilizar fuentes de filtración, mientras que en zonas de agua con conductividad alta, como el levante o el mediterráneo, es normal usar fuentes de ósmosis. Las fuentes de ósmosis cuentan con una membrana osmótica además de los filtros.
Los filtros para fuentes de agua más usados son dos: un filtro de sedimentos y un filtro de carbón activado:
- Los filtros de sedimentos son la primera barrera de la fuente y detienen partículas bastante grandes, de tamaño superior a cinco micras, como materia orgánica, tierra, restos de la tubería, etc.
- El filtro de carbón usa carbón activado: una sustancia con una superficie específica muy grande (varios metros cuadrados por gramo). Actúa adsorbiendo distintas substancias que se quedan atrapadas en el carbón. Es muy efectivo para algunas sustancias orgánicas. Además, este filtro neutraliza el cloro, que está en el agua en forma de hipoclorito de sodio. Después de pasar por el carbón activo se transforma en cloruro, que no tiene el sabor a cloro que conocemos en el agua y además no daña la membrana, en el caso de las fuentes de ósmosis.
Sólo las fuentes de ósmosis necesitan un cambio de membrana
Existen dos tipos de fuentes: filtración y ósmosis. Las fuentes de tipo osmótico son más complejas y completas: además de los filtros incluyen una membrana semipermeable que es dónde se produce el proceso de ósmosis. La membrana para fuentes de agua es un sistema que deja pasar solo las partículas de agua gracias al sistema natural de la filtración osmótica.
En las fuentes de ósmosis además de los filtros hay que cambiar la membrana, aunque no tan seguido como los filtros. La membrana puede durar de media dos o tres años, especialmente si se cambian regularmente los filtros, ya que la protegen de sustancias agresivas como el cloro.
Averias y reparación de fuentes de agua
Además de la sanitización y mantenimiento de las fuentes es posible que sea necesario reparar una fuente de agua que esté averiada. Los dispensadores de agua pueden tener problemas con respecto a la calidad o cantidad de agua producida, pérdidas, roturas o problemas en el sistema eléctrico. La reparación de una fuente de agua debe ser llevada a cabo siempre por un profesional.
En el caso de poca producción de agua es posible que la membrana esté tapada, en cuyo caso habría que cambiarla y, si hace poco tiempo que se cambió, analizar las causas de que se haya tapado. También es posible que sea necesaria una fuente con mayor capacidad si el agua se agotara al haber mucha gente usándola.
Si el agua saliera con una conductividad muy alta, es decir con más sales de las que debería, podría deberse a una membrana pinchada y habría que cambiarla.
Otras averías incluirían problemas con los sistemas de enfriamiento o calor de las fuentes que las tuvieran.
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