Las ósmosis inversa sirven para eliminar entre un 98% de los sólidos que encontramos en el agua de la red, esto lo consigue a través de unos filtros y membrana que consigue purificar el agua.
En estos purificadores de agua el agua pasa por una membrana y unos filtros para ósmosis inversa y de esta forma se eliminan diferentes contaminantes como exceso de sales, sustancias tóxicas, microorganismos…
Hay de diferentes tipos de filtros: por un lado, están los filtros estándares que son los que se utilizan para las osmosis estándar o económicas. Estos filtros van dentro de unos receptáculos llamados vasos. Son más económicos pero pueden llegar a ser poco higiénicos ya que el agua no solo pasa por el filtro sino también por el vaso. Por eso, el mantenimiento de la ósmosis es más complicado ya que se debería higienizar el vaso en cada cambio de filtros.
Por otro lado, están los filtros sellados, que se utilizan en las ósmosis más modernas. Estos filtros son más higiénicos que los estándares y más fáciles de cambiar, esto es a causa de que el agua sólo pasa por el cartucho y el mantenimiento simplemente consiste en cambiar el cartucho antiguo por uno nuevo.
Filtros para osmosis inversa: filtros de sedimentos
Se trata de un pre-filtro, es decir que va antes de la membrana. Todos los pre-filtros tienen como función principal proteger la membrana de las sustancias que la puedan dañar.
Los filtros de sedimentos retienen las partículas en suspensión que tienen un tamaño superior a 5 micras como, por ejemplo, partículas de materia orgánica, pequeñas partículas arcillosas o restos de la corrosión de una tubería de agua. En ningún caso pueden filtrar productos químicos o metales pesados.
Filtros para osmosis inversa: filtros de carbón activado
Los filtros de carbón activado son prefiltros que se encargan de eliminar el cloro del agua, ya que es dañino para la membrana. Suelen ser carbón activado granular (GAC).
El carbón activado tiene una superficie interna muy grande (500-1500 m2/g) gracias a la elevada cantidad de microporos que tiene. Por eso tiene una gran capacidad de adsorción y absorción. El agua es bombeada dentro del filtro constantemente, y las sustancias se van acumulando paulatinamente, el agua sale de la columna a través de un sistema de drenaje.
Extrae gran cantidad de sustancias como halógenos, levaduras, productos de fermentación, sustancias no polares y también reduce olores y sabores. El proceso de filtración acaba agotando el filtro, que se ha de ir cambiando periódicamente.
El corazón de la ósmosis: la membrana
Las membranas para ósmosis son un tubo en el interior del cual van una serie de capas de filtrado poliméricas en espiral.
El principio por el cual funciona es bastante simple, es un filtro que deja pasar el agua, pero en cambio impide el paso de los sólidos en suspensión. El agua atraviesa las capas de membrana mientras que los sólidos quedan atrapados en el conducto central.
Este sistema de purificación presenta un coste energético bajo. La mayor parte de la energía que se utiliza se usa para bombear el agua al interior de la membrana con una presión elevada.
Las membranas se clasifican según la productividad que tengan. Hay de 50 y 75 galones/ día. En una ósmosis directa, es decir, que no almacena el agua osmotizada producida, puede llegar a ser de 100 o 200 galones/día.
Filtros para osmosis inversa: post cartuchos
Los post cartuchos son filtros que se ponen después de la membrana. Hay varios tipos variedades pero solo se puede poner uno cada vez. Algunos sirven para eliminar posibles sabores o para devolver al agua sustancias minerales perdidas en el filtrado.
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