Este artículo tiene como objetivo contribuir a situar al consumidor en un rango de precios y alertar de los posibles engaños que se puede encontrar en el camino.
Aléjese de los descalcificadores electromagnéticos
Cuando empezamos a buscar vemos que hay un tipo de descalcificadores que tienen un rango menor de precio. Son los llamados descalcificadores electromagnéticos que suelen costar entre 150 y 300 euros. A simple vista puede ser una solución interesante por que resulta muy económica pero, ¿realmente sirven?
Los descalcificadores electromagnéticos, a diferencia de los descalcificadores de sal, no extraen la cal del agua. Lo que quienes los venden nos dicen es que cambian la estructura cristalina de la cal para que ésta no se adhiera a las paredes de las tuberías y a las resistencias. Lo que harían en teoría estos dispositivos, que no entran jamás en contacto con el agua, es dejar pasar una corriente alterna a través de un cable enrollado en la tubería de agua. Esta corriente tendría como objetivo crear un campo magnético que atraería y repelería las partículas de agua de forma sucesiva. Cuando la corriente pasa en un sentido las atrae y cuando pasa en el contrario las repele, es por eso que recibe el nombre de corriente alterna.
La teoría es que a través de esta señal eléctrica conseguiríamos que el carbonato cálcico (cal), en vez de cristalizar en forma de calcita (se adhiere fácilmente a las tuberías), lo hiciera en forma de aragonito (se adhiere poco). De esta forma, se evitaría que la cal se adhiriera a las tuberías aunque siguiera estando presente en el agua.
Sin embargo, las explicaciones de los principios físicos en los que se basa esta tecnología suelen ser vagas, inexactas e incluso incoherentes. Normalmente, la información que ofrecen los distribuidores de estos tipos de aparatos suele ser muy escueta y nunca se enlazan referencias externas para obtener explicaciones más detalladas o científicamente probadas. Por otra parte, muchos organismos oficiales han desmentido la eficacia de estos aparatos para solventar los problemas de corrosión en las tuberías de agua, como por ejemplo, la OCU en este articulo.
Un dato relevante a tener en cuenta es que en los sectores industriales en que se necesita un agua libre de cal para proteger la maquinaria nunca se utilizan descalcificadores electromagnéticos y en cambio sólo se utilizan descalcificadores de intercambio iónico.
Esto es así ya que, los descalcificadores de sal o de intercambio iónico cuentan con una sólida base de investigación que corrobora su eficacia (Nachod, C. Frederick y J. Schubert, 2013; N. Egen y P. Ford, 1976; J. Mcmahon, 1992).
Prueba determinante de la eliminación de las sales de calcio en el agua tratada por un descalcificador de sal es un simple análisis químico que suele hacerse con un reactivo de sencilla implementación hogareña.
¿Qué tenemos que tener en cuenta al comprar un descalcificado
- Eficiencia del descalcificador
Como hemos visto los descalcificadores de intercambio iónico funcionan porque efectivamente eliminan la cal del agua. Para realizar este proceso los descalcificadores utilizan agua, sal y electricidad.
No todos los descalcificadores gastan estos insumos en igual medida para completar el proceso de eliminación de la cal. En el mercado los hay más y menos eficientes. De hecho encontramos muchos tipos de descalcificadores que difieren enormemente en su eficiencia. Los más eficientes suelen ser más caros pero se amortizan mucho antes que aquellos que malgastan sal, agua y electricidad. Por lo tanto, invertir un poco más en este tipo de producto, a la larga puede resultar en un ahorro considerable.
Un estudio llevado a cabo por la OCU analizó diferentes modelos de descalcificadores para saber cuál era el más eficiente. Para ello, seleccionaron cinco modelos de descalcificadores de intercambio de iones con capacidad para tratar entre 200 y 250 litros de agua al día, que es, más o menos, el consumo habitual de una familia de cuatro miembros que vive en un piso. Se midió el volumen de agua que era capaz de descalcificar cada uno de los aparatos hasta que se produce la saturación de las resinas. El agua tenía una dureza de 28,5ºf y entraba con una presión de 4 bares.
El estudio reveló que todos los aparatos analizados eran capaces de descalcificar el agua dura. Sin embargo, no todos alcanzaban a tratar el mismo volumen de agua.
El modelo que obtuvo la calificación más alta fue el Modelo Watermark. Se trata de un equipo que lleva la válvula Ecowater. La válvula Ecowater es un tipo de válvula americana de gran eficiencia que reduce el consumo de sal y agua en un 60% en comparación con un descalcificador estándar. Hoy en día esta válvula se vende bajo varias nuevas marcas y sigue siendo nuestra recomendación más común a nuestros clientes. Del estudio es destacable la diferencia de consumo de agua entre unos modelos y otros. El consumo medio de agua por cada regeneración fue de 134 litros de agua potable. El modelo que consumió más fue el Olympia de la distribuidora Corsa que superó los 440 litros por cada regeneración. Hay que tener en cuenta que la regeneración de las resinas puede ocurrir un par de veces por semana y, por lo tanto, un gasto excesivo de agua en el funcionamiento de un descalcificador puede hacerse sentir en la factura del suministro de agua.
La cantidad de sal consumida es otro aspecto a tener en cuenta. Ya no sólo por su coste, sino por la molestia que supone reponerla más a menudo y el mayor espacio que se necesitará para almacenarla. Dos modelos (Puragua Clack y Culligan Medallist 915 E) gastan más de 4 kg por regeneración.
- Garantía del descalcificador
A la hora de evaluar precios es importante tener en cuenta que en el precio también deberíamos considerar la garantía y la disponibilidad del servicio técnico que potencialmente se pudiera necesitar.
Imagine que usted ha reformado su cocina y ha hecho instalar al encargado de la obra un descalcificador que usted mismo ha comprado en internet a una empresa que está a 500 km. Imagine ahora que el descalcificador se ha averiado. Cuando se avería un descalcificador, estamos ante una situación mucho más compleja que cuando se avería un electrodoméstico. La mayoría de los electrodomésticos se pueden poner en una caja y devolver al vendedor para que lo repare o nos lo cambien por otro. En cambio, un descalcificador es un aparato que va instalado a la tubería. Por lo tanto, si queremos devolverlo o enviarlo al productor para una reparación nos enfrentamos a varios problemas. En primer lugar debemos desconectar de la entrada de agua y del desagüe, cosa que no todos sabemos o podemos hacer. Si acaso logramos hacerlo tendremos que tener en cuenta que una vez que las resinas del descalcificador se han mojado el equipo puede llegar a pesar hasta 150 kg. El costo del transporte puede ser muy elevado y seguramente el vendedor de un almacén o tienda online no se hará cargo del mismo.
En la mayoría de casos, cuando un descalcificador se avería se opta por llamar a un técnico para que se desplace a nuestro domicilio para repararlo. Estos servicios pueden llegar a ser muy caros si se contratan de forma puntual. Por eso es fundamental comprar a una empresa que garantice el equipo y su instalación y se haga cargo de la reparación sin cargo mientras el equipo esté en garantía. En este punto es mejor escoger aquellas empresas que ofrecen un mayor período de garantía que el que la ley exige (dos años). Asegúrese de que la empresa instaladora cuente también con un servicio técnico experimentado que conozca bien el producto.
- Reserve 300 euros para la instalación
La instalación del descalcificador se suele cobrar aparte. Dependiendo de la dificultad de la instalación el precio de esta será de alrededor de 300 euros. Pregunte al comprar qué servicios entran en el precio. Solicite un precio final todo incluido para evitar sorpresas y disgustos.
Pregunte también por las necesidades de mantenimiento. Un descalcificador necesita muy poco mantenimiento. Es importante que el prefiltro de entrada se limpie o cambie periódicamente, que se higienicen las resinas una vez al año y que el depósito tenga sal de forma permanente. Un buen equipo funcionará sin problema unos 10 años antes de que sea necesario cambiar las resinas y juntas y así alargar su vida útil otros 10 años.
Bibliografía
Egen, N., & Ford, P. C. (1976). Hard water, water softening, ion exchange. Journal of Chemical Education, 53(5), 302.
Nachod, F. C., & Schubert, J. (Eds.). (2013). Ion exchange technology. Academic Press.
Mcmahon, J. M. (1992). U.S. Patent No. 5,166,220. Washington, DC: U.S. Patent and Trademark Office.
OCU. (2011). Descalcificadores. OCU Compra Maestra, 355(2), 42–45. https://www.ocu.org/toda-la-informacion?type=magazine-articles&magazine=ocu%20compra%20maestra