Las fuentes de agua de filtración son un tipo de fuentes de agua sin botellas que se utiliza principalmente en las zonas con agua de baja conductividad, como Madrid o la zona del noroeste de España. Consiste en una fuente con filtros de sedimento y de carbón que mejoran la calidad organoléptica del agua.
Cómo funciona un dispensador de agua de filtración
Este tipo de fuentes mejoran la calidad del agua sacando olores y sabores no deseados. Además, las fuentes enfrían el agua, lo que también ayuda a mejorar su sabor.
Estas fuentes recogen el agua de red y la pasan por un filtro de carbón activado y por un filtro de sedimentos. Veamos que papel tiene cada uno de esos filtros.
Filtros de sedimentos
El filtro de sedimentos retira las partículas en suspensión grandes que flotan en el agua. Estas pueden ser restos orgánicos, partes muy pequeñas que se desprenden de las cañerías o partículas arcillosas.
Este sistema no filtra metales pesados ni químicos.
Filtros de carbón activado
Estos filtros se encargan de eliminar el cloro del agua. Están formados por carbón activado granular (GAC), una sustancia que es muy porosa, lo que resulta en una superficie interna muy grande. Al pasar a través del filtro, las partículas quedan paulatinamente atrapadas en los microporos.
Además del cloro extrae otras sustancias como levaduras, halógenos y otros olores y sabores. El filtro ha de cambiarse periódicamente, ya que se va llenando y agotando.
Instalación de una fuente de filtración
Para instalar una fuente hace falta una toma eléctrica y una conexión al agua de red. En las fuentes de filtración es opcional instalar un desagüe, ya que este sistema, a diferencia de la ósmosis, no descarta agua en el proceso de purificación. Si no se instala un desagüe, hay una bandeja que recoge una pequeña cantidad de agua de la que cae durante el proceso de servirse. La bandeja debe ser vaciada a mano en ese caso.
¿Tienes dudas? Contacta con nosotros.